Ser emprendedor, querer montar un restaurante propio, pero al mismo tiempo ser un espíritu libre y no querer encadenarse a un local, por suerte, no son términos incompatibles.
Aunque no hace mucho que ha llegado la moda de las gastronetas o food trucks, se trata de una experiencia que casa perfectamente con nuestro carácter mediterráneo por lo que no es difícil verlas en cualquier rincón de nuestra geografía.
Las camionetas o furgonetas restaurantes parecen, en principio, algo que ha llegado a España después del éxito obtenido en otros países, fundamentalmente Estados Unidos. Allí, su origen está en las chuckwagonsque recorrían las praderas americanas junto a vaqueros que necesitaban una cocina fácilmente transportable en sus largas jornadas por el medio oeste acompañando al ganado. Estos carros evolucionaron a modernas caravanas que se instalaban en ferias y que han derivado en lo que hoy conocemos como food trucks.
Pero la realidad es que nuestro país también tiene una larga tradición de venta de alimentos con este formato. ¿Quién no ha comprado churros en una feria? A nadie le sorprende ver una furgoneta que vende comidas para llevar como pollos asados o perritos calientes.
¿Cuál es la diferencia entonces? La estética retro de las food truck es lo que está llevándolas al éxito, además de la gran especialización de la oferta que en ellas se sirve, pasando de ser puestos de hamburguesas a restaurantes con experiencias gastronómicas de alta cocina llevadas a la plaza misma del pueblo.
Para ayudar a arrancar y echar a andar estos vehículos, existen incluso guías y páginas especializadas en este tipo de negocios. Es el caso de Food Truck Ya (http://www.foodtruckya.com/ ), de Aitor Apraiz y Leire Pérez, donde puedes conseguir proveedores de productos o vehículos, consultar calendarios de eventos, o incluso alquilar una food truck para tu evento.
Pero antes de echar a rodar un negocio como ese, hay que tener unas consideraciones previas en cuenta, como son:
1.Idear un concepto. No se trata de subir la persiana y ponerse a vender salchichas, si no pensar cuál es el producto que queremos ofrecer, qué nos sentimos cómodos cocinando o por qué platos queremos que se nos conozca. Hoy en día hay tantos tipos de gastronetas como especialidades de restaurantes: desde las típicas hamburguesas hasta las tapas más elaboradas, desde los especialistas en croquetas hasta cosas tan específicas como las “coques de dacsa de la Safor”.
2. Hacer un estudio de mercado. No basta con pensar en que nuestro producto es el mejor y va a tener una buena acogida en el mercado. Hay que hacer un estudio que lo verifique, hacer comparaciones con otros modelos, comprobar el público al que va dirigida nuestra oferta. Por ejemplo, si vamos a elegir especializarnos en comida vegetariana, tenemos que pensar qué mercados vamos a recorrer, edades o situación de nuestros posibles comensales… Una buena idea es hacer una prueba: alquilar una furgoneta adaptada a este tipo de negocios durante unos días y trabajarla para comprobar la aceptación de nuestra cocina. A esto se dedican empresas como Crimons,Siga el Food Truck o Retrotrucks
3. Realizar un proyecto de inversión, costes e ingresos. No solo hay que tener en cuenta el coste del vehículo, el equipamiento, los costes variables… Hay que pensar en los precios, que deben ser asequibles sin perder la calidad: no se puede cobrar igual que en un restaurante en el que se ofrece el servicio de mesa. Además, si nuestro mercado van a ser las ferias, hay que pensar en la estacionalidad, en que va a haber días de mucha afluencia y días en los que casi no merece la pena encender los fogones. O quizá nos vamos a centrar en eventos, en los que vamos a dar servicio a un número de comensales ya cerrado en una fiesta privada. Es interesante echar un vistazo al estudio realizado por Emprendedores.es (http://www.emprendedores.es/ideas-de-negocio/plan-de-negocio-food-truck-viabilidad-furgoneta-restaurante) en este sentido.
4.Crear una imagen de marca. Esta una de las diferencias fundamentales con los tradicionales puestos de comida ambulantes. No solo se trata de hacer un diseño atractivo y sugerente, si no que su difusión a través de las redes sociales y los buscadores es fundamental porque se trata de nuestro escaparate. Las opiniones de los clientes o las fotos con los platos más apetitosos son los mejores reclamos: la gente tienen que estar deseando que nuestra grastoneta visite su ciudad.
5.Dar forma jurídica al proyecto. Hay que cumplir todos los requisitos legales, desde estar en posesión del carné de manipulador de alimentos, hasta estar dado de alta en el Impuesto de Actividades Económicas o definir nuestro perfil de empresa. También es interesante echar un vistazo a las normativas en cuestión de ferias de los municipios que tengamos pensado recorrer.
Aunque es cierto que los restaurantes ya consolidades cuentan con ventaja a la hora de echar a rodar este nuevo concepto de venta, una food truck original, con productos de calidad y asequibles, con una imagen atractiva y con un buen proyecto, se puede convertir en una experiencia estimulante para aquellos chefs que busquen, también, la cercanía con sus comensales en un ambiente de distensión mediante el que descubrir cada día un nuevo paisaje.
Artículo realizado por: Ricardo López Sánchez
Foto: James Willamor